En redes caerás,
una tras otra
con aromas pretéritos
y escenas rotas
envuelto en lamentos
de vida roja
que muere por dentro
como alma sin boca.
Descenderás
hacia el cielo,
alcanzarás el cenit
del infierno,
sintiendo paz interior
sin quedar hueco
en el viento,
ni vano abierto.
Parpadeos de luz
asimilan la vida,
quedando a la suerte
del que mece la herida.